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Transferencia al puesto de trabajo e impacto en la organización
Hablamos de transferencia de la formación para referirnos a la utilización efectiva y regular, en la esfera profesional o personal, de los conocimientos, destrezas, habilidades y actitudes aprendidos como consecuencia de las acciones formativas realizadas.
Nos interesa determinar en qué nivel y de qué forma ha influido la formación en el desarrollo personal y profesional del personal al servicio de las Administraciones Públicas; dicho de otro modo: El principal objetivo es determinar la repercusión real de la actividad formativa sobre el participante y la organización, en sus diferentes dimensiones: tanto temporal (a corto, medio o largo plazo) como en su ámbito de aplicación (personal y laboral).
La evaluación del impacto representa el último hecho clave en la evaluación del ciclo formativo que permite valorar la calidad de la formación desarrollada; hace referencia a los cambios producidos en el puesto de trabajo y en la organización debido al desarrollo de actividades de formación continua. Se trata de una evaluación compleja por muchas razones como son las características propias de este tipo de evaluación, donde no puede darse un resultado a corto plazo sino que se precisa medirlo a más largo plazo y porque, además, exige complicidades en la organización cuando hablamos de la evaluación de la conducta e implica necesariamente a toda la organización y a sus directivos cuando se trata de evaluar resultados. Por este motivo, para comprobar que la formación se transfiere, que la formación funciona, la implicación del jefe inmediato es fundamental. Además es importante tener presente el hecho de que aunque puedan haberse producidos cambios, estos pueden haber sido debidos a otras causas y no sólo a la formación.
Así pues, no es posible hablar de impacto de la formación sin hacer referencia a la aplicación de los aprendizajes adquiridos, entendiendo ésta como el grado en que los participantes transfieren los conocimientos y habilidades o los valores y actitudes aprendidos, a sus puestos de trabajo.
Este estudio queremos comenzar a llevarlo a cabo de manera íntegra desde el propio Departamento de Formación. Para ello haremos envíos de cuestionarios, dependiendo de la necesidad, de la acción formativa o del entorno formativo, cada año, o cada semestre.
El estudio de impacto se ha planteado en base a la recogida de información de los dos grupos críticos directamente relacionados con la aplicación: los participantes a las acciones formativas y sus superiores jerárquicos inmediatos, a través de cuestionarios.
Estos cuestionarios incluyen ítems orientados a conocer la aplicación y los resultados vinculados a la acción formativa realizada, así como la determinación del principal objetivo que motivó la realización del curso, dedicando un apartado a la detección de necesidades de formación para que puedan ampliar la misma.
Trabajamos con un modelo único de cuestionario dirigido a los participantes y otro muy similar que deben contestar los responsables. Estos cuestionarios contienen ítems específicos para cada uno de los cursos, dada la gran diversidad existente en el conjunto de acciones formativas del Plan.
Los cuestionarios de evaluación se dirigen al 100% de los participantes a las ediciones celebradas, una vez excluidas aquellas en las que esta evaluación no procede, así como también al 100% de sus respectivos responsables o superiores jerárquicos inmediatos.
Las conclusiones de este estudio se incluyen en el informe de evaluación final
Cada año iremos publicando un informe que contiene los resultados de evaluación en los niveles anteriormente descritos.